Infartando veredas

Con tu roja
y diminuta minifalda,
en bicicleta ibas,
infartando veredas
en cada pedaleada.
Suspendiendo el aliento
en cada curva,
y arrancando suspiros,
a todos los señores de la cuadra.

Las señoras augustas,
con sus polleras largas,
y con sus crucifijos
en la mano,
estaban ofendidas
por tanto desparpajo
frente a su propia casa.
Y corrían las cortinas,
y cerraban las puertas,
encerrando maridos.
Mientras tú te reías,
feliz de tus andanzas,
y dabas otra vuelta,
ésta vez,
más despacio,
riendo a carcajadas...

 

Divertida composición mostrando el desparpajo de esta zagala escandalizando a las beatas retrógradas.

​

 

Hola Maramin.
Muchas gracias por pasar.
Gran abrazo!

 

Hola Iván.
Excelente reflexión compañero.
La verdad que es muy cierto lo que dices.
El tiempo pasa para todos, y podemos terminar sin darnos cuenta ocupando el lugar que antes criticábamos.
Gran abrazo Iván y muchas gracias por pasar.