Indefectible

El mañana es un tiempo sin pretérito
en el que el ave de la inconstancia
empolla los huevos de la trivialidad.

En el mañana el alma se queda hilando la nostalgia
con los fantasmas de oscuras necedades
que al amor hirieron e inmolaron.

Nunca el perdón ha mostrado el rostro de la resurrección.
Nunca las torceduras del alma fueron sitio para nidos de eternidad.
Nunca se encuentran la paz, el amor, el tiempo perdido.

El adiós no espera.

 

¡Que gran verdad! el adiós está mas cerca cada segundo y ya no vale refugiarse en perdones, ni humildades, eso se hace ahora mismo, estando vivos, después nada.Un gran poema, ya que la maquina no me deja dar reputación, vayan mis 5 estrellas a alumbrar tu arte poeta.Un abrazo desde Toledo -España-

 

Hay momentos en la vida, amable Isidoro, en que apostarle al futuro es una simple necedad, pues no se trata más que de prolongar un estado de perversión agónica que enferma... Salir, ver la luz, respirar el aire limpio y fresco del amanecer de una libertad que nos da la oportunidad de recomenzar...

Un fuerte y cálido abrazo...