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Historia de un corazón traidor

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por El Ángel Inexistente, 8 de Mayo de 2007. Respuestas: 0 | Visitas: 616

  1. El Ángel Inexistente

    El Ángel Inexistente Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Abril de 2007
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    De un pincel impregnado en amor nació,
    de unos labios robó su coloración
    con la flecha de cupido aprendió a amar
    y empezó a latir bajo la luz lunar.

    Daba energía a este pobre ángel oscuro
    le guió por el camino que él llamó correcto
    no sospechó que todo acabaría en un muro
    no le atraía escoger un fácil camino recto.

    No fue cupido quien aquella flecha disparó
    la flecha fue impulsada por aquella azul mirada
    una mirada celestial que un día el hielo derritió
    como del ángel hizo sucumbir la razón, acorralada.

    El ángel creyó que su camino estaba en los ojos de ella
    de una humana cuyos labios podían fundir el metal
    su pelo erosionaba las rocas como una cascada tan bella
    pero él no sospechaba de ella sobre un veneno letal.

    Salieron juntos, cada día era especial.
    Él no oyó las voces que hacía la muda razón
    sino las que hacía su traicionero corazón,
    ignorando que existiera ese final mortal.

    El sol despertó una vez y con su luz le despertó
    le hizo ir al lugar donde la encontraría nuevamente,
    llegó y ella no estaba. En su lugar una nota que ella dejó
    una daga camuflada en una hoja de papel dejada fríamente.

    "Ángel de mis sueños, he de irme lejos de tu existencia.
    No volveremos a vernos. Debes olvidarme. Yo lo intentaré."
    El ángel, desolado y triste gritó: "Corazón maldito, insolencia
    es lo tuyo. Arruinaste mi vida, mis sueños, te odiaré."

    El ángel quiso vengarse, y sacó su daga de entre su alaje.
    El rojo rocío manchó el suelo y apagó el grito de dolor
    el corazón perdía fuerzas. La daga acabó con el amor
    mientras al infierno cayó este pobre y desafortunado arcángel.

    Aquí acabó él, delante de un muro teñido de rojo
    lección merecida por someterse a dos azules ojos
    Y ella volvió y ahí lo vio. Lloró y acto seguido
    su vida quebró y vio todo lo antes vivido.
     
    #1

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