Granada IV

IV

Cada puesta de sol
tiene su biografía,
su desgarro de púrpuras
o la luna asomándose a unos labios.

Cada puesta de sol es una herida
abierta al horizonte
que sangra su nostalgia de violetas.

Antes de irse
el día
derrama sus promesas
como en un movimiento de caderas
hay una profecía.

Los amantes que beben
sus labios junto al mar
sufrirán su resaca de salitre.
El hombre que lee solo
dibujará su bosque de preguntas
y el niño que en verano
se pierde en un paréntesis de dudas
mirará los naranjas recordando
un rostro en el desorden de pupitres
que dejó en la ciudad
y escribirá su nombre junto al río.

En cada anochecer
promete un Sol distinto su regreso
igual que tus caderas
sacudiendo la calle hasta perderse
al doblar una esquina en Sacromonte
me prometen volver.

 

He estado en Granada varias veces y precisamente tengo una foto con una puesta de sol sorprendente! me encanta! sus escaleras para ir al mirador de San Nicolás... Un placer leerte!

 

Un placer recibirte por aquí.
Gracias por pasarte.