Fuga

Como de un árbol extinguido
se fugan de mi mesa las palabras
siguiendo los senderos
de otras manos más claras.

No puedo retenerlas
en mi presa de lunas sedentarias,
ni siquiera ofrecerles
la sombra de una coma,
la silla de un paréntesis,
un pan,
un vaso de agua,
y las miro alejarse tan de prisa
que no me queda voz para llamarlas.