Fue el deseo

Fue el deseo quien me arrastro junto a tus sueños,
y la soledad encadeno mis manos en tu cuerpo,
en aquella noche culpable no fui,
culpable fue el deseo.

El frió de la noche gobernó a la siguiente tarde,
dirigiendo mis pasos junto a tu calor,
quise derrochar la noche en la fragilidad de un encuentro,
mas la razón fría prefiere ser,
y escapó.

Fui yo quien dejo caer los sueños al asfalto,
eso lo se, pero culpable de las noches aquellas
no soy.

Cuando me encontré vagando por el mundo,
halle en el horizonte el deseo de seguir navegando
sin importar a donde tuviese que llegar,
y así en el mar de ti,
me perdí.

Disfrute el danzar de las olas,
atrape en la memoria la música de tu aliento,
en aire convertí tu tiempo.

Desperté un día sin el aire perfecto,
y bajo mis pies tierra firme encontré,
de las noches aquellas solo quedaba un sollozo recuerdo,
y en mi corazón una nueva pasión se escondía,
culpe al cielo por despertar el inerte rincón,

¿ahora quien es el culpable?

El deseo inculpo a la soledad,
y el frió acuso mi cuerpo,
criminal es el cielo decían,
culpable tu calor, tu tiempo,
la noche aquella por poseer mis sueños.

Condenado quedo mi cuerpo al tuyo,
la soledad atada a tu compañía,
y el deseo camina ahora junto al corazón.
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Un poema de intenso sentimiento con un aire melancólico. Tiene su fuerza. Me gustó leerte Bethsabeth.

Un beso.

 

Un placer encontrarte en un rincon de mi corazón, muchas gracias lluvia de enero