1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Ex-cita

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por palomeque, 15 de Agosto de 2015. Respuestas: 3 | Visitas: 680

  1. palomeque

    palomeque nadando entre versos

    Se incorporó:
    9 de Agosto de 2015
    Mensajes:
    155
    Me gusta recibidos:
    108
    Género:
    Hombre
    Decidí enviarle un whatsapp a Tania. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, y aunque desde la terrible muerte de su padre volvimos a dirigirnos la palabra, son muy pocas las veces que nos hemos visto en persona y las escasas conversaciones son a través de whatsapp, carentes de profundidad y con una cordialidad extraña.

    Comenzamos a charlar, y no tardó mucho en decirme que lo había dejado con su novio, así que le propuse que viniera una noche a mi casa para cenar juntos, charlar y ver una película posteriormente.
    Aceptó de buena gana y acordamos citarnos el sábado.

    SÁBADO
    Tania está a punto de llegar, hoy ha sido un día ajetreado: he ido a comprar, he limpiado la casa a fondo, y además por la mañana he trabajado hasta las dos. Estoy todo el día con un misterioso ronroneo en el estómago, nervioso, feliz, ilusionado...

    Suena el timbre, y ahora sí que siento que el corazón me va estallar, hace cinco años que Tania no entra en mi casa, y esta situación, aunque fantástica, me viene grande.
    Abro la puerta y el tiempo se detiene en seco. Está guapísima; tiene el pelo liso y largo, casi hasta la cintura, más negro que la noche, sus ojos desprenden ahora el mismo brillo que un día me enamoró. Sus labios pintados de un sutil violeta rosado, combina con sus ceñidos pantalones, y su escote me advierte que esta noche debe haber más que palabras.
    —Hola Óscar.
    —Ho... hola Tania.
    Nos damos dos besos y entra en casa.
    Vamos al salón, y allí ya tengo preparada la cena, sé que le va a encantar: una gran ensalada con maíz dulce, zanahoria, atún y espárragos. Un plato de gambas saladas, otro de fuet, berberechos y el plato principal: lubina al horno.

    Tania se queda asombrada. Nunca le preparé ninguna cena en los tres años que estuvimos juntos.
    —No me puedo creer que tú hayas preparado todo esto.
    —Ya te dije que he cambiado mucho, Tania. Ahora incluso me gustan las pizzas.

    Tania me mira a los ojos fijamente y se ríe.
    —Ves tonto, están buenas.

    Nos sentamos a cenar y enseguida comenzamos a recordar viejos tiempos:
    —¿Te acuerdas cuándo en el cine al acabar la peli de miedo te asustaba antes de que encendieran las luces?—dije.
    Los dos reímos.
    —¿Te acuerdas cuándo me presenté en tu cena de empresa con la melena en uve y los pendientes de aro y te dejé boquiabierto delante de tus compañeros?—dice ella, y me quedo roto.

    Aquello fue increíble: un día le dije que me gustaba la melena en uve, otro día que me gustaban los pendientes de aro, otro que me gustaban los leggins y otro que me gustaban los collares de gargantilla.

    El dia que tuve cena de empresa, apareció en el bar donde yo estaba cenando con los compañeros de trabajo, con el pelo recién cortado en melena de uve, con unos leggins de cuero negro, con un collar precioso de gargantilla y con unos grandes pendientes de aro plateados... sin previo aviso.
    Fue la mayor sorpresa que me han dado en la vida.
    —Me quedé sin palabras Tania, me diste una gran sorpresa.
    —Te quise mucho Óscar.
    —Lo sé... me pillaste en muy mala época, ya sabes...
    —Tuviste mi apoyo y el de tu madre, Óscar, yo también lo he pasado fatal con la muerte de mi padre, ahora ya no me puedes decir que «no puedes ayudarme, porque no sabes lo que se siente».
    —¿Aún recuerdas aquella maldita frase?
    —Sí, esa frase era tu comodín. Era incuestionable, solo a ti se te había muerto tu padre, y «nadie podía ayudarte» solo podías tú.
    —Y era la excusa perfecta para justificar mis abusos de drogas, de alcohol, de putas y de vicios.
    —Sí...—Tania rompe a llorar, le hice mucho daño.

    Me levanto y me acerco por detrás, la rodeo con los brazos y apreto fuertemente mientras le beso la nuca dulcemente.
    —Perdóname Tania, perdóname,perdóname,perdóname...
    —Me tuviste a tu lado cuando murió tu padre y no lo valoraste, yo no te he tenido cuando murió el mío y me he sentido muy sola, ¿ Sabes lo que hubiera dado yo por tener un hombre que me quisiera y me apoyara en esos momentos? No lo tuve, ahora sí te puedo decir: «Tú no sabes lo que se siente».

    No puedo más y exploto en llanto.
     
    #1
    Última modificación: 16 de Agosto de 2015
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. palomeque

    palomeque nadando entre versos

    Se incorporó:
    9 de Agosto de 2015
    Mensajes:
    155
    Me gusta recibidos:
    108
    Género:
    Hombre
    —Vamos Tania, tú y yo rompimos hace cinco años, tu padre murió el año pasado...
    —En todo este tiempo no he dejado de pensar en ti. En ti, en tu madre y en tu padre.

    Me siento muy incómodo, necesito cambiar el tema de conversación pero no sé cómo.
    —¿Cuánto tiempo has estado con tú último novio?
    —¿Qué sabes de tu madre?

    No cuela, esta es la pregunta que temía oír.
    —Nada.
    —¿Nada?
    —Nada Tania, nada. Desapareció con el tipo aquel hace dos años y no he vuelto a saber de ella. Ni siquiera la he encontrado en Facebook... nada.
    —No sé que ha podido pasar por su mente para hacer eso. Me gustaría tanto abrazarla y hablar con ella.
    —Os llevabais increíblemente bien para ser suegra y nuera. Aunque el día aquel que te pilló desnuda fumándote el "cigarro de después" se enfadó bastante contigo.
    —Qué vergüenza, no me lo recuerdes. Fue culpa mía, olvidé cerrar la puerta de la habitación. Tú estabas duchándote.
    —Tranquila, no creo que te lo tenga en cuenta esté en el continente que esté. Ella te quería mucho, se quedó muy jodida cuando tú y yo lo dejamos.
    —Debes echarla mucho de menos...
    —Tanto como a mi padre. Y eso que él está muerto y no me abandonó a su voluntad, pero no puedo guardarle rencor a mi madre. Siento que están muertos los dos.

    Dejamos tanto la conversación como la cena a medias, pero continuamos bebiendo vino. Pasamos del llanto a la risa y acabamos hablando de sexo. Sobre todo del sexo que mantuvimos en el pasado.
    Me levanté para poner la película pero Tania se desnudó y me llevó a la habitación estirándome del brazo.

    Cuando acabamos, fui a ducharme y al regresar a la habitación la pude ver completamente desnuda tumbada en mi cama, fumándose el "cigarro de después".

    Pienso que esa es la misma escena que contempló mi madre y que tanto la enfadó. Parece que no ha pasado todo este tiempo que hemos estado separados, es cómo si siempre hubiésemos estado juntos.

    Parece que todo sigue igual, salvo que ahora mi madre no la verá desnuda aunque la puerta de la habitación se quede abierta de par en par.
     
    #2
  3. Fingal

    Fingal Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    1 de Agosto de 2015
    Mensajes:
    1.650
    Me gusta recibidos:
    1.700
    Género:
    Hombre
    No sé si es una historia real, ficticia o una mezcla. Lo que sí me parece es que es un verdadero homenaje. En este historia Tania no comete errores y encima está ahí siempre, cuando Óscar la necesita.
     
    #3
    A palomeque le gusta esto.
  4. palomeque

    palomeque nadando entre versos

    Se incorporó:
    9 de Agosto de 2015
    Mensajes:
    155
    Me gusta recibidos:
    108
    Género:
    Hombre
    Hola Fingal, la historia es ficticia, me gusta escribir poesía y algún relato corto de vez en cuando, este lo escribí hace pocas semanas y decidí compartirlo aquí en mundopoesía con todos vosotros
     
    #4

Comparte esta página