Este año no puedo escribir la “postal”

Este año no puedo escribir la “postal”

Tomé un folio en blanco pensando en un poema
de ambiente navideño. Me detuve a pensar.
Quería emocionarme con el ambiente humano
¡con el ambiente humano… de cualquier Navidad!

Pero ese solo instante ordenando mi mente
fue más que suficiente… ¡para sentir piedad!
Quería ser alegre… escribiendo el poema
de pastores y Reyes, de la Cuadra o Portal,

pero nada me anima, me entristece el proyecto
de escribir a un amigo una simple postal…
Esa noche me engaña porque no es alegría
lo que dice el ambiente, ¡siento el frío gritar!

Es el frío maldito que viene de la mano
del aire navideño: ¡es el frío invernal!
que maltrata las carnes de estómagos vacíos
de las madres sin mantas y el pecho de cristal

No obstante yo quisiera escribir un sencillo
poema navideño de ambiente familiar.
Pero… tanto me embarga este maldito ambiente
de gente que, en su casa, sólo pueden tomar

un simple bocadillo y… ¡gracias al abuelo!
que tiene una pensión y dicen: ¡Menos mal!
el resto de los miembros del clan de la familia
que bien que los conozco, por lo cerca que están.

Y viven con modestia y educados sus miembros,
que se compone solo de siete, y uno más
que viene el año próximo de la hija embarazada,
parada, como es lógico; y el marido, que está

parado y sin subsidio; tres niños, dos abuelos
la luz y la escalera… ¿se puede pedir más?
Y así habrá muchísimas familias de mi tierra
que serán tan felices reunidos… ¡sin cantar!

¡Definitivamente no, no puedo escribir
con ninguna alegría la dichosa postal!

 

Es que por más de que sean lindas las postales, el día a día es lo que más importa cuando quieres mostrar cariño a una persona. Esa intención de cuidar, de ayudar y de expresar amor en cada instante en que se sucede la vida es lo que verdaderamente importa. La navidad en sí no representa nada, si amas profundamente a Dios, la conciencia de su divinidad y amor están siempre en ti.

Cariños, Caballero.

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