Entiérrame en el corazón de la luna

Quiero ser enterrada en el corazón de la luna.
Bañarme en sus cráteres y zambullirme en el éter.
Ceñirme en las sienes la escritura de sus volcanes.
Abandonarme a su sentir sin sentimiento.
Satélite cuya existencia está subyugada a la nostalgia.

Tengo mucha tristeza, en horas lunáticas como la actual.
Desvanecerme en la arena, es el mayor de mis sueños.
Si el reloj no existiese podría llegar hasta el infinito.
Agujas que nos castigan, como si de latidos se tratasen.
Latidos falsos, inertes, móviles, como tus lágrimas.

Melancolía edulcorada.
Diseñando máscaras donde esconder mi alegría.
Fingir sentimientos de novela.
Obstruir el derrumbe de las rocas.
No es como pretendo ser recordada, pero me satisface
poder esperarte en tu morada.

Me niegas mi materialidad, sin ser un espectro.
Orbitando alrededor de tu fragilidad.
Dinero que no puede comprar tus sueños.
Me apiado de ti, de tu fuerza de voluntad.
Me escondo de ti, de tu debilidad ensayada.

Enamoro a los acueductos de los mil ojos.
Los arlequines me hostigan con su apatía.
Soberana sin reino, sin península sin islas.
Quiero ser abrazada por el istmo de la pasión.

La voz se apaga cuando la mente estalla.
Rapsoda sin amantes, ¿Quién los necesita
siendo una dama contemporáneamente
renacentista?

Nobleza sitiada por el fuego de los estamentos.
Agronomía saturada de leyendas y aperos.
Hidalga de tierras ajenas.
Emparentada con la Vía Láctea.

 

Sin duda, nos encontramos inmersos en un mundo donde únicamente se vende una imagen, que no tiene nada que ver con la esencia de las personas. Lo bueno, es que tenemos la poesía, para transformar ese pesar en arte.

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