En busca de una respuesta.

El murmullo de las olas me desconcentra, me pierde y se hace dueño de mi esencia, caen gotas del cielo que indican que hoy hay mar en la tierra y en el cielo, sopla un céfiro algo frío pero que no llega a molestarme, el cielo empieza a oscurecerse y la noche del tiempo logra apoderarse, suena a lo lejos el murmullo de los cerros que cantan diciendo que hoy se agitaran los mares y los cielos, los caminantes de las playas empiezan a alejarse pues el aire fresco se volvió tan gélido que pareciera que lacera hasta los huesos, se torna el mar algo desbocado y se muestran las rocas como aplacadoras de su furor, ya no queda ni un alma a mi alrededor, talvez deba marcharme o talvez no, igual ya estoy en medio de esta tormenta de la cual es absurdo querer escapar ya que no hay donde correr, ya el mar se ah vuelto una mancha negra que ruge como si tuviese dentro de ella todo lo que causa temor.
La llovizna que cae a cada momento más fuerte se hace, y si te rosa sientes una gota como si fuera una rosa que con sus espinas frías tu alma destroza.
Antes de que a esto Dios diera comienzo, se podía oír a lo lejos el tibio silbido del viento sobre las hojas de los árboles añejos, y ahora lo más silencioso que se puede escuchar es el retumbar de un trueno al caer sobre el infinito mar, que se vuelve de oro cada vez que uno de ellos lo llega a tocar.
Sopla con más rabia, azota sin piedad, casi saca árboles de donde están, ni por un momento a dejado su intensidad y por eso creo que ya se va a terminar, pues estos últimos golpes tan secos son señal de que la tormenta esta muriendo que los problemas ya están resueltos y que lo que se debía hacer ya esta hecho.
Estoy algo mojado, con el cabello algo alborotado, con el cuerpo frío y no puedo olvidarlo con el pensamiento más claro, sobre la respuesta que al mar vine buscando.

 

Es gratificante para alguien ser apreciado o elogiado por algo que nace del ser interno que llevamos dentro, lo que haces es genial, saludos poeta y sigue compartiendo las cosas del corazón, gracias por compartir...

idem