El umbral

Tras la puerta yace la retorcida sombra de su imagen diciendo:
"Hoy no estaré libre, me perderé en mi mismo como siempre".
Su amor estaba oculto entre la niebla como un malhechor indeleble,
sin saber ser feliz por los equivocados deseos que iba siguiendo.

¡Miserable e ingenuo idealista! Como tú he conocido a demasiados.
¿A veces no sabes cuánto de ti eres tú en realidad?
¿Creías que tu vida era insignificante para la sociedad?
Recolectas pesar en un conocido pero extraño escenario.

Y cuando la ciudad esté impregnada de los colores que elegiste
no tendrán ningún sentido las cicatrices que te restaron bondad.
Y después de ser probado en la justa en que te perdiste
no recibirás ni corona, ni sabiduría, ni la serena piedad.

 

La lectura de tu poema me genera el pensar que a veces vivimos como muertos y pareciera que no sabemos cuando hemos cruzado el umbral. Me ha gustado pasar por aquí. Saludos, poeta.

 

Gracias María por tu visita. Un abrazo!