El Umbral

[FONT=&quot]En la penumbra triste de una cárcel fría
[FONT=&quot]Yacía un preso de mirada sombría.
[FONT=&quot]Donde reinaba la presencia de un silencio sepulcral,
[FONT=&quot]Acompañándole enjaulado un segundo criminal.

[FONT=&quot]Intercambiaban miradas ambos prisioneros,
[FONT=&quot]Como al ver su reflejo hacen los clarineros.
[FONT=&quot]Cuando en eso el silencio abruptamente quebrantó,
[FONT=&quot]Con curiosa inocencia el segundo preguntó:

[FONT=&quot] “Dime el porqué, hermano criminal
[FONT=&quot] Es que compartes conmigo esta prisión.
[FONT=&quot] Tu motivo, tu delito, el porqué de tu aprehensión
[FONT=&quot] Que te mantiene a mi lado como triste animal.”

[FONT=&quot]“Verás- contestó el que en silencio yacía-
[FONT=&quot]Tomé la vida de alguien que me pertenecía
[FONT=&quot]Y aunque a tantos parezca conducta fatal,
[FONT=&quot]Considérame inocente de mi acto criminal.”

[FONT=&quot] “Así lo dicen todos que comparten nuestra suerte,
[FONT=&quot] Escucharé objetivamente tu inocente explicación.
[FONT=&quot] Y prometo que de mi boca brotará una oración
[FONT=&quot] Implorando por tu alma el día de mi muerte.”

[FONT=&quot]“Existe una línea fina entre el odio y el amor,
[FONT=&quot]Entre el día y la noche, entre el gozo y el dolor.
[FONT=&quot]Me refiero en mi historia al quiasma inicial,
[FONT=&quot]El del odio y el amor, que denomino “el umbral”.

[FONT=&quot]“Tras amar en demasía,
[FONT=&quot]Se llega a esta encrucijada,
[FONT=&quot]La que amé de noche y día
[FONT=&quot]Se tornó en la repudiada.”

[FONT=&quot]“Me armé de un cuchillo y un macabro delirio,
[FONT=&quot]Por quererla demasiado con un cierto frenesí.
[FONT=&quot]Arranque los colores vivos de sus labios carmesí
[FONT=&quot]Matándola en su sueño, ahogue este martirio.”

[FONT=&quot]“Cuando había retirado aquel arma criminal
[FONT=&quot]La observé un rato con mortal calma,
[FONT=&quot]Y tras tomar su vida y consumir su alma,
[FONT=&quot]Planté un beso lujurioso en su rostro sepulcral.”

[FONT=&quot]“¡Ya ves! ¡Ya ves! No soy culpable.
[FONT=&quot]Pues el amor no es un pecado.
[FONT=&quot]Testigo fiel de mi pasión inefable
[FONT=&quot]Es mi cuchillo ensangrentado.”

[FONT=&quot]El otro preso liberó una risa,
[FONT=&quot]Más gélida que el invierno.
[FONT=&quot]Y respondió con una sonrisa:
[FONT=&quot]“¡Eres digno del infierno!”

[FONT=&quot] “Muchos habemos en esta prisión
[FONT=&quot] Que daríamos lo que fuera,
[FONT=&quot] Por una caricia nocturna del corazón
[FONT=&quot] Aunque con el nacer del alba muera.”

[FONT=&quot] “¿Cómo esperas ahora que por tu alma haga voz?
[FONT=&quot] Si de todos los culpables has hecho el peor mal.
[FONT=&quot] Pues a través de esto que tu llamas “el umbral”
[FONT=&quot] Devolviste ingratamente un regalo de Dios.”

 

pues no queda sino felicitar y aplaudir tu genialidad mi cielo, me pareció fantastica la creatividad con que relatas esta historia en porme de poema, que en realidad no es nada fácil --... la historia me atrapó de principio a fin y el final estuvo magnífico ... eres muy buen poeta fer y sobre todo muy creativo que eso en realidad es lo importante ... hermosos (y crudos tambien) versos, narrando poeticamente conversaciones tan cotidianas en una cárcel ...

te dejo mis estrellas y mis besos con miel y por supuesto mil felicitaciones a tu gran arte