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El Susurro Secreto de la Lluvia

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Rosa Reeder, 10 de Junio de 2025 a las 9:45 PM. Respuestas: 0 | Visitas: 34

  1. Rosa Reeder

    Rosa Reeder Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Mujer
    La lluvia no es solo agua cayendo del cielo; es un susurro del universo, un poema escrito sin palabras, una sinfonía que se toca en secreto. Cuando el primer gota toca la tierra, el mundo parece detenerse, como si la naturaleza misma contuviera la respiración. La lluvia es la voz de los días olvidados, una historia sin principio ni fin, que se cuenta una y otra vez con el ritmo incesante de sus gotas.

    Cada gota tiene un propósito: algunas caen en el polvo, despertando a las semillas dormidas; otras resbalan por las hojas, como si quisieran acariciar la suavidad de la verde piel de la tierra. Las más pequeñas se pierden en el aire, como pequeños espíritus que desaparecen antes de que podamos tocarlos, dejando un rastro efímero de frescura y misterio. Y las más grandes, las que caen con fuerza, parecen traer consigo todos los secretos del cielo, revelando un poder antiguo que no necesita palabras.

    La lluvia no tiene prisa. Toma su tiempo para llegar a todos los rincones, para envolver cada cosa en su abrazo húmedo. Es como una amante silenciosa, que llega sin anunciarse, pero cuya presencia llena el espacio con una intensidad que no podemos ignorar. En su paso, transforma lo común en lo extraordinario. Los charcos se convierten en espejos del cielo, las calles se bañan en reflejos y las sombras se alargan, como si el día mismo se hubiera vestido de noche.

    Y luego está el aroma… el aroma a tierra mojada, esa fragancia que huele a nostalgia, a memorias de momentos pasados, a algo que nunca tuvimos, pero que siempre hemos conocido. El olor de la lluvia es un puente entre el ahora y el siempre, un recordatorio de que todo lo que parece efímero puede dejar su huella en el aire, en la piel, en el alma.

    La lluvia tiene una forma especial de hablar con el corazón. No necesita sonido para ser escuchada, porque su lenguaje se expresa en el ritmo de las gotas, en la forma en que el mundo respira con ella. Cada vez que llueve, el mundo se convierte en un lugar más suave, más cercano a un suspiro, más cerca de una verdad que, por fin, entendemos sin necesidad de explicaciones.


    Rosa Maria Reeder
    Derechos Reservados
     
    #1

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