EL SENTIDO DEL AMOR (Reflexión)

La vida es un continuo existir que vivimos y que debemos vivir según lo que cada día nos trae. La vivimos con nuestros intereses personales en mente ya que la vivimos para complacer fundamentalmente nuestros cinco sentidos básicos (gusto, olfato, vista, oído, y tacto) olvidándonos de un elemento muy importante, el amor. Aun cuando aparentemente estamos beneficiando a otros al vivir de este modo, la realidad es que lo que buscamos es sentirnos personalmente complacidos. Tenemos presente principalmente nuestros intereses propios. El beneficiar a otros mientras buscamos complacer únicamente nuestros 5 sentidos llega solo como consecuencia de nuestro principal deseo de complacernos. Esto no es necesariamente ni bueno ni malo, pues depende básicamente de cómo buscamos complacer esos sentidos nuestros. Algunos lo hacen a través de la violencia y la maldad en general. Otros lo hacen buscando y creando el bien para otros y consecuentemente alrededor suyo. El amarse uno y el amar a otros debería formar parte del esquema de nuestra vida . Cuando amamos a otros estos por lo general nos devuelven por igual ese amor. No es distinto con Dios. Dios se complace grandemente siguiendo esta regla universal. El gran propósito de Dios para con su creación es que aprendan esta gran verdad a perfección y la practiquen. Dios desea que todos sus hijos experimenten lo mismo que Él. Dios es amor. El amor es un gusto muy grato que experimenta el alma. Es como una fuerza que vive en nosotros. Dios quiere que todos experimenten constantemente el gusto que provoca esa fuerza. Ese gusto es una energía divina que está latente en todos. Solo fluye cuando es estimulada por la buena voluntad. La buena voluntad es el deseo de hacer el bien. Ese deseo solo se convierte en amor cuando lo ponemos en acción. La acción también estimula a otros a amar. Es como un virus que contagia. Lo contrario a todo esto es el odio. El odio le pone freno a ese virus. El odio es como una vacuna contra el amor y sus efectos. El amor es también como una vacuna contra el odio y sus efectos. El amor cura. El odio enferma. El amor construye, el odio destruye. Son dos fuerzas opuestas. El amor beneficia a todos los que lo practican. El odio es nocivo para todos los que lo practican. El odio es una fuerza negativa y egoísta. El amor es una fuerza positiva y altruista. Es por eso que la Biblia lo describe de la siguiente forma:

“Si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo rpopio, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido ; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás dejará de existir.” --1 Corintios 13:3-8

El amor nunca dejará de existir porque Dios no muere, por lo tanto, siendo Dios amor, el amor es por consiguiente vida, vida eterna. Todo el que ama vivirá para siempre mientras ame. Todo el que vive para siempre vivirá siempre lleno de amor. Todo el que viva lleno de amor por siempre experimentará el rico gusto impartido por la fuerza del amor.