El regreso (1001)

La Soledad se vuelve silencio abrumador,
una nada de sentimientos inconclusos
que se mueren a ras de mis lagrimas
lloradas por la ausencia de un motivo
que me permita vivir esta locura llamada vida.

Vacios etereos se difuminan entre
la espesura de recuerdos añorados,
¿acaso necesito huir de mi mismo
para encontrarme durmiendo al borde
de un ocaso?

Huir para regresar y encontrar que la vida
sigue siendo una Soledad inconclusa,
una apocalíptica explosión de mentiras
que arrasan con una verdad a medias.
Huir sin razón, sin motivos para volver
a soñar... para poder vivir.

Pero al fin de todo ese universo
de contradicciones, el regreso se vuelve
palpable, se torna realidad ambigua.
El regreso a esa Soledad que me desconoce
por la mañanas y que se alimenta de mis
mas falsas esperanzas.

He regresado con la pluma desenvainada,
alimentandome de las palabras
que se vuelven poesía con el viento de madrugada.
He regresado para bordar en el papel
nuevas historias de una Soledad
que se niega a abandonarme