El peÑÓn del cuervo

Hace muchos siglos atrás,
existía una raza de gigantes, tan gigantes, que las estrellas con sus manos podían acariciar,
nacieron en egipto y, cuándo terminaron de construir las grandes pirámides y las grandes estatuas,
con diez pasitos llegaron a Marruecos, de su hambre y cansancio nació tan bella, particular y atrayente ciudad. De Marruecos a Málaga, no había mar, era un gran desierto, que los grandes gigantes con tan solo un pasito llegaron sin mirar atrás, al llegar, se descalzaron sus enormes sandalias hechas de suela de piedra y tiritas de barro, se quitaron sus ropas sucias y, de su bienestar nació Málaga la airosa, alegre y loca ciudad, mas cuándo estuvo terminada, por el cambio de aire de Marruecos a Málaga, los gigantes borrachos estaban, se dieron cuenta entre risas y cantos que un gigante faltaba, de pronto, todos los gigantes miraron hacia Marruecos, dándose cuenta que de una ciudad a otra ya no los separaba un desierto, los separaba una inmensa mar, creada por las lagrimas de todos aquellos que los gigantes dejaron atrás, los gigantes, quedaron pensativos desde lo alto del castillo Gibralfaro mirando la mar, al mirar para su izquierda, vieron a las orillas la cabeza del rey gigante que a tierra no le dio tiempo de llegar, quedosé anclado y petrificado para la eternidad, el rey de los gigantes era de piel morena, el cuervo lo hacían llamar, dónde quedó petrificado, sus amigos a toda esa montaña la nombraron el Peñón del cuervo, pues es suya y de nadie más.
Todas las tardes al caer el sol, los gigantes se reunían en el gran Peñón,
desde allí, recordaban sus momentos más felices divisando la puesta del sol,
fue de sus recuerdos tan felices, que a los gigantes un suspiro se les escapó, he de sus suspiros, a sus espaldas, el pequeño pero gran pueblito llamado la araña nació.
En ese momento, del universo una gran torre de vigía a la tierra cayó, firme y segura entre la araña y el Peñón del cuervo se ancló, esa torre es:
un gran puro, que a los dioses mientras fumaban a uno de ellos se le cayó, para así plantar en toda esta costa,
la paz...
y el amor.
v.v.l.