El paraíso de esta piel prestada

Busco escapar de todo aquello que tenga piel de invierno,
incitar a la lengua que tenga palabras nuevas, sin repetirse,
quiero peregrinar en la noche sin tropezar con el pasado,
llevando el proverbio en mí lecho, cuando tenga hambre.

Heme mujer que sabe de salidas en momento de pruebas,
esas que solo la vida le da, aprendiendo sin lazarillo,
corroborar que la sangre no es tan ligera como el rocío,
sin embargo, es puerto de emociones en una almohada.

Ayer supe que cada instante que se vive nunca, nunca regresa,
se puede tener forma de feto en respuestas a lo inesperado,
una boca mordiendo nombres mientras llegaba el amanecer
costeando la envoltura de reproches, bajo un olor a soledad.

Cuando fui niña, desconocía el color que tendría el amor
al degustar su sabor, cero amargura de crecer sin fantasías
con aumento de paciencia, valija de sueños y frente en alto,
Ha pasado el tiempo. Nací enamorada sin mutilar la luna.

Yolanda Román
Derechos Reservados © Julio 7,2007​