El otro Barrio

Rehuso cobrar un premio después de muerto
si aquí en este barrio todo me deja en bolas;
no quiero pagar por ciego y que cobre el tuerto
Agostos de intermediarios con aureolas.

Allá cada cual con su halo de fantasía
y el rédito de su vida, hipotecado
jamás confié en maestros de abogacía,
jamás cambiaré mis sueños por mi pecado.

Caminos que son angostos se tornan playas
en cuanto se suelta el yugo del victimismo,
el miedo es el arquitecto de altas murallas
que apresan del individuo el protagonismo.

Abierta queda mi alma a la luz y al viento,
al verde del verde vivo que vida crea,
al logro que se consigue con movimiento.
Ahora, me siento ola entre la marea.
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No quiero ganar un premio después de muerto...
seguro que no jugando seguro acierto.
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