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El Golpe de realidad

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por samsahara, 19 de Noviembre de 2025 a las 11:40 PM. Respuestas: 1 | Visitas: 25

  1. samsahara

    samsahara Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    24 de Septiembre de 2007
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    Al principio, me miraba con una ternura tan perfecta que parecía mentira,
    con esa calma engañosa que solo precede a las tormentas disfrazadas de amor,
    con palabras que sonaban a promesa y caricias que juraban redención,
    y yo, ingenua, le creí —le creí porque su voz sabía cómo sonar a verdad—,
    porque sus manos parecían hogar,
    porque su presencia, por un instante, me hizo pensar que el dolor tenía sentido.

    Pero el amor se fue pudriendo en silencio,
    como una flor encerrada en un frasco sin aire,
    y detrás de cada sonrisa empezó a esconderse un juicio,
    una queja, una punzada que me hacía sentir insuficiente.
    Pasé de ser su refugio a ser su campo de guerra,
    de su adoración a su desprecio,
    de ser “única” a ser “difícil”, “insoportable”,
    un espejismo que debía agradecer por ser tolerado.

    Me hizo sentir culpable por existir con voz propia,
    por hablar, por reír, por tener amigos,
    por no pertenecerle del todo.
    Mientras tanto, él tejía su red de mentiras,
    coqueteaba con otras sombras,
    mostraba una versión pulida de sí mismo al mundo,
    mientras yo era el secreto, la historia oculta,
    la mujer que se desvivía en la penumbra por alguien
    que brillaba de falsedad ante los demás.

    Y lo más cruel no fue su traición,
    sino la precisión con que aprendió mis heridas,
    cómo tomó mi distimia —esa melancolía que yo misma le confesé con temblores—
    y la usó como arma,
    me lanzó mis propios miedos al rostro,
    como si mis vulnerabilidades fueran defectos,
    como si mi tristeza fuera una excusa para su desprecio.
    Aprendió de mis grietas solo para hundir los dedos en ellas,
    como un cirujano sin alma que abre la carne solo por curiosidad.

    Cada vez que lo enfrentaba, volteaba la culpa,
    y yo terminaba pidiendo perdón por haber sentido dolor,
    por no ser la mujer complaciente que su ego exigía,
    por querer amor donde solo había manipulación.
    Me hizo creer que el problema era mi intensidad,
    mi fuego, mi mente, mi cansancio,
    cuando en realidad el problema era su vacío,
    esa podredumbre que necesita destruir para sentirse superior.

    Y aún así, cuando descubrí su doble vida —sus otras conversaciones,
    su otra cuenta, su otra mujer—,
    no lloré de sorpresa, sino de confirmación:
    el monstruo siempre estuvo ahí, solo se quitó la máscara.
    El golpe de realidad fue tan violento
    que sentí que una parte de mí se desmoronaba con él,
    la parte que aún creía que su amor podía curarme,
    cuando en verdad fue el veneno que me terminó de romper.

    Todavía hay noches en que me pregunto qué hice mal,
    si fue mi sinceridad, mi ternura o mi cansancio lo que lo alejó,
    pero sé que nada fue suficiente,
    porque los que no saben amar no pueden soportar a quien ama de verdad.
    Y aunque mi cuerpo aún guarda la memoria de sus manos,
    ya no hay rencor, solo una cicatriz que arde con lucidez:
    no perdí un amor, me liberé de una enfermedad.

    Porque solo alguien profundamente miserable,
    vacío hasta los huesos,
    puede aprender el mapa del alma de otro
    solo para usarlo en su contra.
    Y yo lo amé, lo amé a pesar de verlo destruirme,
    hasta que entendí que no se puede salvar a quien goza viendo sangrar.

    Ahora me quedo con la herida,
    pero también con la verdad:
    fui la que dio todo,
    y él, el que solo supo consumirlo.
    Y aunque el golpe me partió el pecho,
    sé que de esas ruinas naceré distinta,
    porque no hay resurrección sin antes haber muerto en el amor equivocado.

    *NOTA*
    este es el primer escrito de una serie de 3 que fueron creados después de salir de una relacion con un narcisista
     
    #1
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  2. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Hombre
    Amarga experiencia de una relación tóxica y destructiva.
    Algunas personas torturan emocionalmente a sus parejas bajo la apariencia de cuidado.
    Es la gran realidad.

    Saludos
     
    #2

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