El escritorio de las agonías

Riéndome tristemente de la nostalgia viva
te escribo estas palabras que morirán conmigo en el tiempo.

Llené este escritorio de penas
cuando escribí la invasión
de mis mosquitos sufrimientos,
y tal como sanguinarios ellos,
hay duelo en mi duelo.

Me reí de tristeza escrita,
en la desdicha de callar mis carcajadas idiotas
que se traducían en melancolías.

Fue así tan grande la risa de mi cobardía
que ya había estremecido mi escritorio
con todos mis papeles
llenos de agonía.


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Gran final, me gustó.
Un placer leerte. Saludos.

 

O sea que debemos esperan un puñado de letras agónicas, pues tienes lleno el tintero de tu corazón.