El destino

Arathos era un hombre feliz... sumamente feliz. Siempre había soñado con graduarse en licenciatura de letras y pudo concretarlo. Cuando conocio a Daisy en la facultad, un nuevo sueño se le había sumado: conquistar a la bella joven. Luego de tantas idas y venidas, su corazón le perteneció. Arathos se sentía muy satisfecho por la vida que estaba haciendo y, mas aun, cuando le dieron la noticia de que iba a ser papa.
Después de nueve hermosos meses una nueva criatura abría los ojos al mundo. Todo parecía ser irreal para el.
Sin embargo, todo cambiaría en su vida cuando le regalaron un pequeño libro titulado: " El Destino ". Comenzó a leerlo casi por obligación, ya que odiaba la lectura. Sin embargo, el libro contaba la historia de un terrible asesino serial que tenia aterrorizada a toda una población. Atacaba a sus victimas con suma precaución y no dejaba rastro alguno de sus actos.
Arathos se sintió cada vez mas atraído por la trama del libro... tan metido estaba en su lectura que muy poca atención le prestaba a su mujer y a su pequeño hijo. Tal es así que ella decidió llevarse a su bebe a la casa de sus padres hasta tanto Arathos cambiara su actitud... no podía creer que un simple escrito le arruinara su matrimonio, esta realidad la estaba enloqueciendo de a poco.
Mientras tanto, Arathos proseguía con su lectura, ya obsesionado a estas alturas. Mientras volteaba las paginas, mas crecía su incertidumbre de saber que había pasado con aquel terrible asesino. Las historias que el libro contaba eran aterradoras. Homicidios, violación, torturas y un sin fin de delitos habían sido cometidos por un solo hombre.
Una historia que a Arathos le dolió mucho fue el asesinato de una mujer que llevaba en sus brazos a un pequeño ser. Pensaba que si algo así le ocurriría a su mujer y a su hijo no podría tolerarlo.
Un mes paso desde que se separaron y Arathos no sabia nada de ella. Tampoco sabia de sus padres. Para el era evidente que se habían mudado y allí enloqueció.
Tomo el libro una vez mas para leer las ultimas hojas y enterarse de la suerte que había corrido aquel asesino. Se sirvió un vaso de cerveza y encendió un cigarrillo en medio de su locura.
La ultima pagina del libro contaba de un cuádruple asesinato y que aquel temible ejecutor fue asesinado luego de estrangular a un hombre que bebía cerveza y fumaba un cigarrillo en su casa.

 

Gracias por esta historia amigo, ya ves le haces muy bien a la prosa jeje...

Es cierto hay que saber diferenciar entre nuestro mundo de ilusiones y el real porque de lo contrario perderemos aquello que mas nos importa.

Nunca te rindas. Jaherus