El Coro de las Estrellas Silentes

En una noche sin luna, cuando el silencio era tan profundo que podía escucharse el latido de la tierra, las estrellas dejaron de brillar. No por falta de luz, sino por miedo a que su canto despertara a los sueños dormidos en el mundo. Porque, en ese silencio, cada estrella era un suspiro de esperanza, una melodía que podía cambiar destinos.

Pero en medio de esa quietud, una estrella pequeña y tímida decidió cantar. No con voces fuertes ni con destellos cegadores, sino con un susurro suave, una canción que nacía desde lo más profundo del universo interior. Su canto, aunque silencioso para los ojos, resonó en cada rincón del cosmos, despertando en los corazones una chispa de valor y amor.

Poco a poco, otras estrellas se unieron, formando un coro invisible que llenó el cielo de una paz poderosa. Y en esa armonía secreta, comprendieron que no hace falta que el mundo vea o escuche, porque el verdadero brillo está en la valentía de brillar desde adentro, incluso en los momentos más oscuros.

Porque, en el silencio de las estrellas silentes, nació la verdad más grande: que la luz más intensa siempre comienza en el alma que se atreve a cantar en la sombra.


Rosa Maria Reeder
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