El amor perdura

El amor no se acaba, se acrecienta,
si el alma lo cultiva con ternura,
es río que, al fluir, jamás se afrenta,
pues halla en cada instante su ventura.

Se nutre de miradas encendidas,
de gestos que en la noche son consuelo,
y crece en las caricias compartidas,
como árbol que se eleva hacia el cielo.

No exige más que fe, constancia y calma,
ni pide eternidad como castigo,
pues vive en quien lo siembra dentro el alma
y en cada paso vuelve a estar contigo.

Amor que vence el tiempo y la distancia,
que sabe perdonar cuando tropieza,
renace con la misma resonancia
que brota de la vida su belleza.

Es llama que en la sombra se sostiene,
es canto que en el aire nunca muere,
su voz en cada herida nos previene,
Y su luz en cada instante nos requiere.

Así, si lo cuidamos, se engrandece,
nos salva de la pena y la derrota,
y en cada corazón que lo enaltece
Se renueva eternamente no se agota.