Dragón fuego de escarcha.

Lástima fluye como espuma ósea enterrada en canales vena,

su cauce es disfraz imposible no observar, ¡zas!, opaco cristal.

Lago, escarcha ceniza, escudo de mimbre a llameantes

despropósitos de inconsciente tumba.


¿Dónde será mis pies que hallaran sofá boreal entre suspiros de mármol?...

Asida gaviota volátil de vértigo, asciende fugaz a las estrellas

Que solo en luz-brillo-dorado fortuna te dirá su nombre.


Aullidos de tormenta hasta que tanto mar y sol seque, germinan

azabaches entre la luna y las estrellas, peldaños arcoíris.

Una bruma descansa en himnos de hielo y fuego.

 

Divinas letras maravillosas, sublimes, de un trabajo espléndido.