Desaparecidos I

Un tugurio llamado vida.

Eran días que su nombre era un fantasma
y entre dunas de cemento se fue:
se fue con el último adiós de la mañana
con sus ojos tristes y el sol en su espalda.
Se fue sin saber que se iba,
(se fue para volver)
llevaba un diario escrito en su mirada
un nudo en su garganta,
sus labios rojos que vestian una mueca triste
y en sus manos
las líneas aun llenas de esperanza y vida.
Hoy, sus pasos al salir aún se escuchan
y entre dunas de cemento y los años
su nombre sigue perdido y su voz fosilizada en el tiempo.

 

Bello poema que entre soledades y distancias va creando un ambiente que se siente...Eso es poesía. Felicitaciones por tu arte. Que estés bien poeta. Un abrazo.

 

Todo se nos va, la ligereza del principio se vuelve luego duro cemento que acaba por atraparnos. El tiempo fosiliza los recuerdos que permanecen el las páginas de un libro. Gracias y saludos cordiales.

 

muchas gracias monje.

 

cgracias maramin. un abrazo

 

hola chema. muchas gracias por dejar tu huella.

 

muchas gracias mary. me da mucho gusto leer tus mensaje y comentarios. un fuerte abrazo amiga.

 

Saludos luzyabsenta