Delirio...

La facilidad de mis dedos deslizándose por las teclas… como los dedos de un pianista….
Al compás de su sonido embriagador… tan intenso… reconfortante… único…
Mis ojos cerrados, sintiendo el tacto, el roce de las sábanas. Esa noche en la que la lluvia es su protagonista, y yo solo una fiel seguidora de unas palabras que no dicen nada y al mismo tiempo son tan… tan… cautivadoras.
La suavidad… el leve calor artificial… y ese toque frio… Ese toque que hoy necesito en mi piel…
Deléitame con esa perfección…
No me saques de mi sopor… Déjame inundarme… Como si yo fuera la creadora de tus notas…
Busco en cada rincón de mi mente….Ese lugar tan familiar… y nuevo.
Escucho su sonido dentro de mí y no hay nada… nada… nada…
Por primera vez lo conseguí, Salí de la realidad.
Y me aferré a ello como si pudiera controlar todo el silencio que perciben mis oídos… solo un auténtico y puro silencio…Como nunca lo había sentido, una paz humanamente ininterumpible….
Por eso me dejo fluir en este delirio insignificante… irrepetible…
Es tan alentador escribir sobre esa “nada”, que ahora es como una droga para mí. Y como la suavidad de tus susurros finales, solo diré, que es la sensación más agradable que pude sentir. Y que solo puedo definir como una perfección… extrañamente pura.​