Del equivocado amor

Calladamente amaina la tempestad.
El tormentoso cielo de la lujuria
se desembaraza de fantasmas erráticos y farsantes.
La realidad llueve sobre los años existidos,
y las circunstancias del presente pesan plomo,
la pluma escribe en negro rajante que la calma debe llegar.
Diluvios de lágrimas sofocan el fuego
que escaldó mi tranquilidad,
y los vientos borrascosos se llevan las escorias
de ese amor extraviado….
La inspiración del equivocado amor
provoca en mí una risa falsa y cristalizada
en el amargo protocolar de la despedida.
El alma siente una liviana sensación de que al fin,
no fue tan malo amarlo tanto.
Calladamente amaina la tempestad.
La calma no tardará en llegar