De la mano de los minairons.-

Buceadores de sueños perennes
de la mano de los minairons.
Entre montañas que se derriten
al despuntar la primavera
y rutas para perderse
en piel ajena.

La luna juega con el sol,
desvelos y eclipses de amor.
Testigos mudos
una flor, un libro
y la melodía de una canción.

La rutina enferma
de aburrimiento.
Los hijos del viento
ahuyentan el desconcierto.
La ingenuidad eligió
con cordura
el momento.

Voces que se atropellan,
cuerpos que anhelan
ser uno.
Ítaca
cada vez más cerca.

​

 

[FONT=&quot]Veo en tu relato los parajes pirenaicos que en ocasiones he recorrido, y aunque nunca se me han aparecido los minairons, mi deseo hace que vuelva a visitar sus rincones, y sus vertientes.
[FONT=&quot]Me gustó tu poema y ese algo que no sabría muy bien precisar pero que me recordó mis odiseas.
[FONT=&quot]Un fuerte saludo.

 

Sí, Alonso, esos duendes se movían entre montañas...Yo solo los conozco de referencia, pero seguro que a ti te favorecen...un abrazo, Lorenzo.