Cuervos sobre tu cama

El velo se te cae de la cara, detrás, el reino
​

de tus ojos solazados, detrás el seño​

acerado y un corazón endurecido por​

la mampostería de los actos.

​

Yo menesteroso labriego de las letras,​

desposeído de todo, indigente, con​

el encono del olvido en el pecho y​

en la frente.

​

Nada tengo, tú te llevaste todo, ​

barriste un sueño que tenia y lo​

dejaste en el negro rincón donde
​

tú orgullo se refugia.

​

Enfermos mis ojos otean el perfil​

más alto de tu muralla, quebrado​

el hombre busca entre las sobras​

las migajas que quedan cuando​

les das de comer a tus malditos​

pájaros.

​

Imputado por tus palabras, envilecido por​

los graznidos de los cuervos, que las​

repiten y que mantienen​

con aceite tu lámpara, para que no se apague​

la indolencia, para que arda el recuerdo, para​

que solo queden cenizas de nuestro​

cielo solemne, que sofoco lunas​

enteras, en honor a nuestro​

amor.

​

Yo escucho la noche, siento el segundo muerto​

como un dardo en la carne expuesta, colaboro​

con las sombras y me escondo de todo, como​

una araña sobre la repisa de tu​

ausencia.

​

Esperando todo y esperando, nada, sólo​

enfermando mis ojos oteando el perfil​

más alto de tu muralla, en cortejo​

las palabras dolorosas, acompañan​

el eterno responso de capilla​

solitaria.

​

Nada sirve para expiar el destierro de​

tus ojos, nada sirve para sacar​

una expresión del busto de​

bronce que es ahora tu cara sin​

su velo de fuego.

​

Y reinas en el alto de la muralla y te acompañas con​

tus cuervos y te robas todo lo que poseo, ​

hasta el agua de​

mi pozo, las luz de mis antorchas, el brillo​

de los ojos, la gracia de mis palabras y​

me dejas esta campana monstruosa,​

que quebranta mis sienes, en la​

angustiosa soledad de este​

foso donde el sol se fugo, para​

dejarme solo con mis sombras,​

con mi suerte de araña condenada y​

enamorada que te mira sobre el​

aparador de tu distancia.​

Esperando todo y sabiendo nada.

​

Sin empezar a tejer un solo sueño, sin​

poder olvidar tus afiladas palabras.

​

El orgullo no compra nada, a mi me dejo​

esto y a ti solo cuervos sobre tu cama.
​

 

¡Whau! Excelentes imágenes, algo fúnebres, el orgullo, la ausencia , el desamor y los malos recuerdos tiene alas de cuervos... un poema hermosamente triste, realmente un placer leerte, un abrazo!

 

Gracias por el comentario, saludos.