Cuarto Poema

No soy mensajero de la tristeza ni de la luz
ni del Sicomoro que asoló a Venecia,
no soy descubridor del misterio que
cala en el espanto o en la sonrisa ni transijo
con la realidad que desborda del mundo.
Tampoco olvido los cabellos blanqueados,
ni las miradas dulcificadas después del dolor.
No soy un amante desprejuiciado,
ni amo por amar a las estrellas,
ni caigo derrotado por tu engaño
con el alma que se soltó de la luna
una noche predestinada a beber sin sed.
Por eso amaré por siempre la libertad
y el vino que destila tu mansa piel,
pero no seré un loco que acepte las derrotas
o quiera ampararme en la mentira del fracaso
o porque recorra esos desiertos y emprenda
absurdos peregrinajes quiera de repente
lanzarme a la deriva a morir en tus brazos
adonde cierta vez besé el lunar que sucumbió.
No quiero ser rapsoda de historias pasadas
ni espero comprendas cuánto admiro el cielo hoy
o el cielo de mañana, cuando despierte ensayando
una sonrisa para que el azar me revele el destino
de los días o el castigo de los días, o la nueva textura
de los días,o de los miedos de los días y de la sangre
que nunca,nunca se enfría...

 

Impresionante despliegue de poesía. Felicitaciones.

 

¡Me brindas una gran dosis de generosidad con tu apreciación de mi poesía! Me siento agradecido y te saludo con mi mayor respeto y al mismo tiempo, si tu quieres, te brindo mi amistad. Un saludo y un abrazo. Julius.

 

¡Me brindas una gran dosis de generosidad con tu apreciación de mi poesía! Me siento agradecido y te saludo con mi mayor respeto y al mismo tiempo, si tu quieres, te brindo mi amistad. Un saludo y un abrazo. Julius.

 

Gracias a ti, amiga MariaPaz. Es reconfortante que respondieses con un poema. Un saludo afectuoso, Julius