Clavada en la retina.

Andabas en mis labios
presurosa,
hormiga diplomando
los estéreos,
de muelles seis sonidos
dando saltos,
mojando los quelíceros
en luegos.

A la izquierda del centro
tú llegabas,
confrontando cilindros
y desmanes;
mitades indivisas,
dos en uno,
valor del que temiendo
hace coraje,
batalla calculada
en la derrota,
misión y desconcierto,
todo vale.

Y en un lazo bisiesto,
los errores,
atribulados lienzos
siempre en blanco,
doscientos sinsabores,
cuatro manos,
lepidóptero amar
de un resultado

Matemática arena
y dos campanas,
autónomo libar
que ofrece un rato,
objeto del deseo
y ojos negros,
tributo de un placer
improvisado.

Mayoría de edad
de la discordia,
ensayo general
de un desengaño.

 

Bienvenido,espero que tu estancia sea grata y nos sigas acercando obras tan bellas como ésta,
un saludo.

 

Muchas gracias Reverendo.

Un placer recibir opiniones de un maestro.

Un abrazo.

Carmugon.