Cita a ciegas

Una estrella quiero, y noche a noche me pongo ¡tan celoso del cielo! Que cubre y acobija a cada una de ellas, cual egoísta bufón, que simplemente se niega a hacer reir a las doncellas. Y mis ideas se alborotan por tan descabellado anhelo, pero comprenden lo imcompresible cuando se trata de mis sueños. Aunque aveces, como aquellos que sueño durmiendo, me los olvido en el desayuno, y no siempre los recuerdo al almuerzo.
¡Es que si el hombre fuera constante sería perfecto! Pero todos sabemos que "hombre" y "perfecto" no caben juntos en una oración, ni siquiera en un mundo entero. Es siempre el mismo deseo, se muda, se toma vacaciones, y vuelvo a proponermelo. Nadie entiende mi desconsuelo, cuando las nubes toman prisonero el inmenso cielo.
¿Quien podría querer ocultarlas? No lo se, seguramente no fue queriendo. Quizas alguien más lejos de aca desee mi mismo lucero, que al fin y al cabo no es mio ni suyo solo le pertenece al firmamento. Y.. ¿robarle algo suyo? Francamente no me atrevo.
Me conformo con soñarla inalcanzable, que día a día sea motivo para que mi cabeza levante. Orgulloso la admire al caer cada noche, no soportaría jamás oir suyo un reproche.
Poque si por ella sigo, a ella me debo, a hacerle compañia eternamente me comprometo. Asi como el petalo a la flor, te pertenezco, y si por conformarme, de cobarde peco, no me importa el que dirán, si es que hasta el cielo te llega mi eco. De cuanto te añoro, de que soy sincero, de que aunque este soñando todo esto es verdadero.