Carta suicida

Éstas sean tal vez,
mis últimas palabras derramadas,
he perdido el sentido por las cosas,
el gusto a la vida.

Ya no queda sentido en mi alma,
las sonrisas ya no escapan de éste corazón.

La vida ya no tiene sentido,
he perdido la fe en todo,
no tengo esperanzas,
ni sueños qué cumplir.

El alma está vacía y desolada,
ya no quedan parches para sanar,
éste corazón maldito,
destinado a la soledad.

¿Para qué existo?, ¿por qué estoy aquí?
Me pregunto mil veces,
no encuentro respuesta alguna.
¿Cuál es mi sentido?
No lo tengo, no existe,
no tengo razón de ser.

He cerrado los capítulos finales de mi vida,
una vida que ya no existe,
que ya no siente,
que ya muere, cansada de luchar.

Nadie se da cuenta,
cómo estoy perdida,
en lo más oscuro del mundo.

Yo antes tenía una luz,
brillaba mi sonrisa,
alguna vez fuí feliz, creo.

Ya no recuerdo sus palabras,
ya no sé quién soy,
lo único que tengo claro,
es que todo ésto se termina ahora.

Todo murió cuando dijiste el último adiós,
mis ojos ya se cierran,
mi alma se desvanece en la bruma,
esa bruma que sirve de escondite
a mi cadáver.

Ya no me queda aliento,
y escucho tu voz
¿Será que he conseguido la paz?,
Veo mi cuerpo sin vida,
veo tu rostro,
me llevas de la mano,
a un infinito el cual es imposible nombrar.

Olvido mi vida,
y por fin abro una nueva puerta,
y termina todo.

 

Llamar y llamar a la muerte, no es sinónimo de encontrar un boleto a la felicidad que se perdió. Las almas encuentran una puerta abierta, nueva, hacia tormentos eternos, fuegos que consumen y no matan, porque se place ver los dolores ajenos...

¿Acaso tendría sentido saber las respuestas del cómo, cuándo y por qué? Si las supieramos, en nuestra pequeñez, no podríamos aceptarlas, ni sabríamos qué hacer con ellas. Y de todas formas estaríamos llamando a la muerte por saber demasiado.

Por favor observar correcciones en ortografía. Te recomiendo el uso de corrector o de word antes de publicar escritos. Saludos,