Canción de amor (o eso es lo que parece)

Era mujer, o eso parecía,
el eco de sus tacones de aguja se clavaban en mi cintura
impidiéndome respirar cuando subido a un árbol
tenía que disimular que era un pájaro para llegar hasta sus labios
y besarla hasta desnudarla con mis mentiras,
pero se las creía, o eso parecía,
porque a veces después de confesarle mi amor
soplaba sobre mí las cenizas de mis palabras de pasión
y entre contracción y contracción
me dijo que se estaba plateando romper su secreto de confesión
y hacer pública nuestra relación furtiva.

Los jardines de mi lengua donde cultivaba las rosas
con las que perfumaba su cama cada noche rindieron sus armas,
ella entonces rompió a llorar amargamente, o eso parecía,
porque después de apartar la cortina de lluvia que caía desde sus ojos
vi que solo eran lágrimas disecadas que no tenían vida,
me engaño lo reconozco, de pronto me sentí la pieza abatida
de una cacería en la jungla de su piel de mujer escarlata,
que al final resulto no ser lo que parecía,
porque debajo de su esqueleto de fuego y arena
estaban los restos de la torre de Babel
cuando fue devastada por su degradación e ignominia,
¿o eso corresponde a la historia a Sodoma y Gomorra?,
tal vez sí o tal vez no,
pero yo intentaba hacer una canción de amor, créanme,
y no una poesía surrealista.
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