Blbblobla

Lo ves, lo ves Cleto vuelve todo en no se que manejando un barrilete de corchas azules y los túneles Clei, lo que sabíamos jugar a tanto plomo de apache, con garrapatas por dulces y los polvos en la cara al intento de desaparecernos, eso vuelve en cavernas de periódico, con esa música que te dejaba en shorts de setenta, tu padre dijo que era difícil dejar la mente en blanco y acaso no los cure yo, Clei vuelve todo eso y tenemos tanto o más miedo agazapado en nuestros ruiditos de césped artificial, del fichaje y luego la risa que tenias en los bolsillos de Roger, la lluvia recuerdas, la cabeza quebrada y el peluquero biólogo, ¿Eran suertes de homenaje los papalotes o modo de defensa para después Clei? Te untabas mis sombras y te escuchaba entre paredes, yo jamás he sido guapo o inteligente, clei no debiste seguirme, te pego tan duro los quince a mi también los diecisiete de soldado y sueños de garrafa, pero que, Clei todo otra vez vuelve en foto galerías transatlánticas y los cafés en los Cárpatos, la viejecita nórdica que nos da frijoles suizos y nos dice que tiene miedo igual que nosotros.

Todo vuelve Cleto, seguiría así por los ríos y cogería venas de mar y luego la trucha ¿Te acuerdas? La pimienta y el ocaso que me dibujaste para seguir leyendo y toc toc ¿Quien era? Pues Cleto y la ciudad perdida, las bolsitas blancas ya no tocaron tu nariz por que he sido tan egoísta al pintar cuadros y reseñar sombras de mil metros de diámetro, Cleto eres tú y ella, eres todo lo perdido y ganado, no se, no se que voy a pensar cuando le pongas pila al tren y yo no quiera levantarme.