Bajo la luz de la luna

Fue una noche suspendida en el tiempo. Tú y yo, bajo la suave luz de la luna, éramos como dos secretos que el cielo decidió revelar. Nos mirábamos sin decir palabras, porque en el silencio de nuestros ojos había más promesas que en cualquier palabra dicha.

Tus manos rodeaban mi cintura como si el mundo terminara allí, y nuestras risas, libres e infinitas, llenaban la noche de un eco que aún escucho en mis sueños. Caminábamos sin rumbo fijo, pero todo tenía sentido contigo. Sentía el helado deslizándose por mis labios, y tus dedos limpiándome con delicadeza, como si tocar mi piel fuera un acto sagrado.

Tu sonrisa, tus ojos, eran faroles encendidos en medio del alma. Nos abrazamos tan fuerte que el frío no se atrevió a tocarnos. Nos besamos como si el tiempo no existiera, como si fuéramos eternos.

Qué instante tan puro, tan imposible de repetir. Qué deseo tan profundo de volver a ese lugar donde la luna nos guardó, y el amor era un susurro que no conocía el fin.

-Dior