Bailemos con el Diablo

¿Cuantos finales nos esperan?
Aún no sé la respuesta y aquí estoy,
En amarga espera del desenlace de esto,
De una vida amargada por la sed de sangre,
Realzando el hecho de ser quien soy...

Con angustia miró el reloj,
Las horas se marcan y las manecillas siguen,
No detendrán su monótono camino hacia ese momento,
Con actitud valiente y en el fondo cobarde,
Mancillando los recuerdos felices,
Para dejar solo aquellos que me torturan,

Confusa mente humana,
¿Cuanto dolor podemos recordar?
Y sin embargo permanecer impasibles,
Adentrarme más y más en el pasado,
Aquél que desde siempre me ha hecho llorar,
Como cruel melodía que es una astilla en mi alma,

Venid a tocar con violines,
Una marcha fúnebre no podría estar mejor,
¿Lacrimosa de Mozart? vamos, vamos,

Me conocéis bien entonces...
Dejad abierta la puerta y así mis memorias,
Con regocijo del masoquista propio de mí...

No me tengáis lástima... ¡No señores míos!
Primero os maldigo antes de permitirlo,
Déjenme solo por un segundo,
Que la soledad fue mi compañera en la vida,
Que las lágrimas vertidas fueron una dulce bendición...
Y la melancolía mi firma compleja...

Bailemos con el Diablo a la luz de la luna,
O sonriamos con él entre copas de vino,
¿Que mas da?... si al fin nos comprendemos...
Con la única diferencia que él no lo ha aceptado,
Que brillen como antes las velas...
Que la plata adorne mis brazos... más no mi corazón,

Acóplate a esta doliente despedida,
No de la vida que nada os dio... me digo...
Solamente con un suspiro me retiro,
Con una idea fija en la mente,
La solitud convertida en soledad,
Y de la soledad la muerte...

¿Del caos vendrá la armonía?
Paradoja maldita que no alcance a responder,
Véanme aquí siempre entre el caos y la locura,
Y sin embargo tan lúcido en mi final...
Marcando con los dedos el compás de mi miseria,
No pido misericordia que al final yo no tuve por nadie...
¿Respeto? ¿a mi? si solo temor sentiste...

Vaya manera de sentir mi tristeza,
Peleando con argumentos desvalidos,
Y devorando las míseras suplicas de otros,
Con desprecio nacido de mi alma engrandecida,
Que en otro tiempo fue fuego ardiente...
Así como la pasión y lujuria que desborde...
Entre unas piernas inmerecidas...

Y la hora se acerca...
El amanecer está aquí...
Limpiaré las últimas lágrimas que me quedan,
Para recibir mi destino de pie...
Con orgullo e ira...
Porque la tristeza y melancolía fueron mis castigos,

Marcados siempre por el reloj,
Este corazón marchito que encontrará su último tic tac,
Y estas manos que no tocarán otra vez,
El piano puede quemarse...
Y de fondo no me neguéis un réquiem...

Cascarones rotos, ideas frescas,
Idilios y mortales valles de espinas,
Grandes juramentos y mentiras piadosas,
Dramatismo inmerecido y a la vez alegres posdatas,
Cruel payasada que es el paso de la vida...

Con gimientes reclamos,
Y con altaneros cantos...
Muera ya este poeta oscuro,
Bebiendo el veneno de la tristeza,
Y ahogándome entre las penas de mi pasado...
Que nunca serán suficientes....

Valses, Operas, Sonatas,
Compases incompletos o partituras rotas,
Sangrantes melodías o inaudibles susurros,
Esa es mi naturaleza.... eso fue mi vivir...


Lord Vélfragor

 

Mi apreciado Lord Velfragor...noto un cambio en tus escritos los últimos días...acaso quieres matar cosas en tí para renovarte a un cambio...?cómo siempre quedo encantada de tu expresionismo...un abrazito hoy para tí...y hoy más que nunca cargado de afecto y ternura...!