Ateo

Una vida tras la muerte
un día me prometiste
otro el cielo me cediste
si dejaba de ser quien era

Una duda hubo primero
luego una decepción

Yo leía tus palabras
pero no escuchabas las mías

Estuve para ti
y era dura la agonía
ni en fiestas participaba
ni darme un trago podía
y todo aquello que amaba
lo que del mundo quería
a ti nunca te gustaba
te emocionabas al verme
remelladas las rodillas
de pedir ronca la voz
el cuerpo oxidado y sin alma

Querías verme contento
ante lo que sucedía
si era bueno a ti las gracias
si malo era conforme
qué hacer si era tu deseo
si así era tu voluntad

La vida te regalaba
y la echabas en el saco
la mezclabas con las otras
con las de mis hermanos

Si tenia el difícil examen
te rogaba me ayudaras
pero siempre que esperaba
a que me dieras los puntos
a que una luz me iluminara
siempre desaprobaba y la profe me decía
fue porque no estudiaste

Yo comoquiera soy bueno
no robo no mato
quiero al prójimo como a mí mismo
y su mujer no deseo
pero en ti no pongo las cosas
me las busco las consigo

Ahora creo en casualidades
Pienso ahora en circunstancias

 

Muy bien expuesto tu punto de vista en este colorido y profundo poema amigo. Se dice que simplemente hay que hacer el bien y no ver a quien. Te felicito.

 

Tu apoyo y tu amor hecha deseo de quien te mira y te guia aunque te contradiga.
Gustoso pase aqui.
Te dejo mi link para que igual me leas:

http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/207993-juez-del-amor.html

 

Empieza muy Bien aunque luego se lía un poco.
La exposición es buena y me gusta.
Saludos.

 

Muy sentido tu comentario, muchas gracias.
Saludos.

 

Muchas gracias Hectormaxx, honor que me hacen tus palabras.
Saludos.

 

jajaja, tienes toda la razón amigo, el poema es sólo mi punto de vista, lo hice pensando en una prima que era religiosa, y creo que tenía demasiada fe porque todo lo confiaba a Dios pero no hacía nada por sí misma, claro que nada se hacía, jejeje. Lo que intento decir es que uno debe creer en dios pero el sólo sabe dar empujoncitos, en la medida en que hayas luchado por lo que quieres y estés más cerca de conseguirlo, ese empujoncito finalmente constituye el paso que te faltaba.