Astillas de ébano

Astillas de ébano caen en la noche,
más a la luz del día son bellos versos,
¡Impronta de estrellas!
Escritas por Dioses en voces de tierra.

Bendita es la puerta de ásperas querellas,
donde infinitos corazones son sumergidos,
en el trágico consumir de droga y derroche.

Toda puesta de sol produce ceguera,
pero ayuda en su noche a ver las estrellas,
porque aunque la gélida sombra es ciega,
en ella se visten de luz las luciérnagas,
para hacer el amor con su última esencia.

Cimbreando los cielos cual canto de ángeles,
convertidas sus leves notas en acristalado rocío,
corroen las armas con las que el amor perece,
en tantas falsas coronas de olorosos laureles,
confundiendo con falsa gloria a tan huecas almas.

Porque la muerte ataca por la espalda siempre,
es por eso que la vida nos mira frente a frente,
para evadir oscuras astillas que buscan la carne,
alumbrando amor al amanecer de las conciencias,
donde deposita el lechoso rocío de sus lágrimas…


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Vida y muerte, en un mismo camino de estrellas y astillas.
Que la luz de las luciérnagas alumbren lo que el ébano opaca y aniquila.
Preciosos versos, reflexivos y profundos, amigo Vidal!
Besos.

 

Luz y oscuridad, dualidad, ambas necesarias y dependientes entre sí para resaltar sus esencias. Es necesaria la oscuridad para ver la luz y la claridad. En luces y sombras se torna la vida, ayudando el amor a reajustarlas en su justa medida.
Qué profundidad tienen tus bellas letras, querido amigo, tus luciérnagas revolotean por cada una de ellas.
Besazos, estrellas y reputación merecida.

 

El poema me encantó, pero no entiendo qué hace esa fotografía de la planta en él... cosas mías, no me hagas caso. Saludos amigo Vidal***********************

 

Viviendo el sentir de tu poesía, aquí estoy de nueva cuenta... hoy solo quiero leerte más q comentarte, me lo permites, si?, si?... gracias.

 

Gracias bella luciérnaga de mar, porque está claro que tu luminiscencia es marina. Un honor tener esa sabrosura de tu brisa al mirarme estos versos reflexivos. Porque ningun dolor humano nos sea ajeno...
Te abrazo en mi paz.
Vidal

 

Querido Vidal siempre es un placer leerte.
Un abrazo Carmen

 

Con lo fácil que es llorar al sentir amor y que poca gente llora, más por la pena es como "moda" Te abrazo Isabelita, si te abrazo en cada palabra que sale por tu boca, mano y corazón. ¡Bendita seas! Gracias por endulzar mi café...
¡Hoy reflexivo! Para ti mi latir vital.
Vidal

 

Jejejeje, Como negarte algo, "resplandor del mar que nos separa y une" Lo que tu decidas es un hecho.
¡Leeeeeeeeeme! Del derecho al revés!
Permitido el privilegio de haberme tan solo mirado...¡Uyyyyy, que me abro! Agradecido en mi paz te envuelvo.
Vidal

 

Hola Vicente, me alegra tu encuentro en estas lineas. Y lo de la planta no he querido poner imágenes duras y puse una amapola de opio, en semejanza a que cualquier estupefaciente o alucinógeno, mal usado provoca lágrimas de dolor a su alrededor. Te mando un fuerte abrazo y cuídate sanamente...
Vidal

 

Hola Carmen me alegra tu paso y generosa mirada. Gracias por comentar. Te envío mi paz.
Vidal

 

Muy buenos versos V.F.I, te dejo todas las estrellas. Un abrazo

 

Gracias por compartirlo, mis estrellas.

 

Gracias por tu sincera aportación en este sencillo escrito. MI paz sea contigo Rafa.
Vidal

 

Compartirlo es lo más fácil para mí. Fue un placer. Gracias a ti por permitirlo volar otra vez...
Vidal

 

Uf.. encierran mucho estos versos... y me viene una palabra a los dedos tecleadores... contrarios!
porque sin oscuridad no hay luz, y sin el miedo al infierno el cielo pierde vidilla... por tanto, serán complementarios?
Y en este enredarme y desenredarme en tan festivalero día te digo
besos, estrellas y canica... del color que gustes!
Eva

 

Sin oscuridad no hay luz. ¡Umnnn, me haces reflexionar!
Vivimos un mundo material en el cual todo es dualidad, pero al igual que en las ondas de radio, el que no veamos o escuchemos a la frecuencia de al lado no significa que no exista.
Un beso para ti GUAPA de mis espejos. Muuuuuuchas gracias por rescatar estas letras del baúl de las miradas dormidas.
Vidal