Amor, venimos de una ciudad...

Amor, venimos de una ciudad perdida y ajena,
donde las calles se computan por escalas duras;
pudimos ser felices, y ,sin embargo,
nuestra casa se pobló de miel oscura.

Una ráfaga de sal manchó tu pelo;
dos lunares inauditos brotaron en mi cara.
Era el cansancio del trabajo, trabajando en mì rostro.
A veces, la pobreza giró por rincones entorpecidos de sombras.

Y cuando me dispuse a tocar tu cabellera.
El tiempo nos atrapó en sus poleas salvajes.
¡Y allí , el amor, no pudo soportar tamaño movimiento!

Amor, venimos de una ciudad perdida y ajena.
Ahora, sólo somos, serás, y seremos sometidos:
al mandato vacilante y atroz de la costumbre.

 

josepaton, mis más sinceras felicitaciones, este escrito desborda genialidad, aunque la temática no sea muy alegre, has sabido retratarla de una manera tan especial, que para mí todo el conjunto parece un hermoso cuadro gris.

Saludos

 

Por demás dulce y fantástico tu poema, me hace feliz haber encontrado tu poesía, mis más sinceros aplausos para vos.

 

Hermosa manera de sentir la poesía. Un placer leerte.

Saludos.

 

Lamento confesar que casi toda mi obra, es melancólica, casi triste.
Aunque no toda , ciertamente.
Pero personalmente, yo creo que se puede crear belleza
galopando sobre una nube de tristeza.
Es decir: se puede destilar un poco de arte, aprisionando las tristezas.
Un cordial saludo
Josepanton