Amarillo

Cuando las hojas del invierno
se precipitan hacia el cielo,
mi mundo más anhelado
se hace posible y eterno.

La dureza del aire estival
frotando tus ojos;
Me basta imaginar eso
para ponerme a pensar…

¿Qué es el mar?
¿Qué es el océano embravecido?
Un cúmulo de aguas cifradas…
Un sistema de aire comprimido…

¿Y qué es el Sol?
¿Qué es esa luz primitiva?
Una hoguera en combustión…
Un símbolo de amor suicida…

Pero entre tanto pensar
hago mío un espejismo,
un camino muy distinto.

Vuelve el verano.

Amanezco,
y nutro mi alma con tu savia celeste.
Desvanezco,
y no logro evitar ser tu espejo,
reflejándose,
haciendo nuestras esas imágenes.

Y todo se vuelve amarillo,
como el Sol,
amarillo como este amor,
amarillo como todo lo imposible.

Nada más esperaba ser tú…
Otro eterno y fiel déjà vu.