Adagio en sombras

Estaba ya la tarde entrada en sombras…
La tarde entrada en sombras. Todo vaga
y un aire triste tiene
la sombra en la montaña…
Los ocres y amarillos son apenas
una pequeña mancha,
una pequeña mancha en la retina
en esta tibia tarde que se acaba.

Hay un silencio noble que protege
el son de algunas hojas en la rama
de un álamo sediento,
de un álamo sediento de compaña…

Y lejos se adivina,
con esa lentitud acostumbrada,
tal vez la bajamar,
las olas ya marchitas en la playa,
que llegan poco a poco y sucumbiendo
terminan siendo nada.

Con suaves, melancólicas caricias,
de pronto en el cristal de la ventana
la lluvia se deshace,
y en gotas lentamente el agua baja.
Minúsculos arroyos,
minúsculos arroyos de esperanza.

No es lóbrega la noche,
no es lóbrega la noche deseada,
que allí fenecen todas las tristezas
confusas entre sombras,
confusas entre sombras en mi alma.

 

las sombras solo piensan en madrugar e alma sensible, madrugan y sollozan bajo nuestra cama para abrazarnos en la zozobra, grato leerte Salvador, extrañada de que no tuviese comentarios, saludos cordiales y con respeto

 

Me encuentro leyendo este precioso poema lleno de imágenes melancólicas y de fondo tengo puesto a Leonard Cohen y he entrado de lleno, lentamente, en esas sombras que acarician el alma. Un placer caminar entre tus sombras. Un abrazo. José I.

 

Muchísimas gracias, querida Marianne, por este comentario señal de tu paso y de tu consideración a mis letras. El placer será siempre mío de recibirte.
Con todo afecto, un saludo muy cordial.
Salvador.

 

Precisamente ayer se cumplió un año de la muerte de Leonard Cohen el cual nos dejó un legado musical y poético excepcional. Estabas, estimado Ignacio, en buena compañía con sus canciones. Muchas gracias por acercarte con la mirada atenta y amable a mis letras.
Con todo afecto, un abrazo fraterno.
Salvador.

 

Salvador, tu sensibilidad es un tesoro, las imagenes que creas en tus versos maravillosas, como de costumbre es un verdadero placer recorrer tu ser convertido en poesía, un abrazo amigo.

 

Querido maestro, ¡qué comentario tan amable dejas en estas letras mías!, ¡lo agradezco en el alma! Siento siempre tus huellas como un cálido empuje a seguir en este maravilloso mundo de palabra y pensamiento, así es, por lo que espero tu gozosa presencia. Todos disfrutamos de tus palabras, esas palabras que haces poesía al acudir con gentileza constante.
Un abrazo fraterno con todos mis afectos.
Salvador.

 

Que bella melancolía enmarcada en tu sensible y certera escritura amigo Salvador, me ha gustado mucho. Un abrazo. Paco.

 

Muchísimas gracias, querido hermano, por esa cercanía y el son que me traen tus palabras que parece que llegan del mar, del olivar, de nuestra soleada tierra. Muchísimas gracias.
Con todo mi cariño, un gran abrazo en la fraternidad.
Salvador.

 

Mil gracias, querido Paco, por acudir con tu acostumbrada amabilidad y sensible mirada a mis letras y por dejar tu huella admirable.
Te abrazo con todo afecto.
Salvador.

 

Ayyy Salva, la noche nos da la espalda desplazando su sombra de temor a los límites de la mañana, y es entonces que huyen la tristeza y la melancolía a través de las estrías del alma. Más no hay que temerle a la noche, ella también arrulla nuestros sueños y da cabida a la esperanza. Nos llegará algún día la noche eterna en que desaparecerán todas las angustias y entonces se descubra la luz... Pero llegará y mientras tanto hay que buscar en el día toda su claridad y amar, amar... sin nada más. Encantada de leerte, mi entrañable amigo, tus letras son profundas, emotivas y muy bellas porque alumbras con tu luz, si hay alguna sombra en tí yo no la veo porque tu luminosidad es muy superior.............................muááááácksssss

 

Muchas gracias, mi queridísima Isabel, por este esmerado comentario que dejas en mis letras. Me gusta eso que me has apuntado de ver la muerte como la noche eterna donde se descubrirá la luz definitivamente, entre tanto, como dices, buscaremos las luces del día a día que afortunadamente son muchas.
Con todo mi cariño te manda un gran beso, el siempre tuyo
Salva.

 

De nuevo muy agradecido, querido maestro, por acercarte siempre con tu mirada amable y generosa a mis espacios. Muchas gracias y un afectuoso saludo.
Salvador.