A un mar de espantos

A un mar de luto y tempestad,
bajo la fría lluvia de espantos,
antesala del recuerdo más olvidado.

En la espesor improvisada
de los malos tragos,
del susegar de tu risa irritada.

Cruzamos de noche la mar,
como ladrones agazapados,
casi disculpándonos por haber amado.

Salimos a un amanecer aun nublado,
que no sale Sol por ser temprano,
que no borrará la cara avergonzada.

Y si te quise y me cuentan,
ahuecando una ceja que tú a mí quisiste querer.

Y si no pudo ser, que erramos
como se equivocan el resto de los humanos sin querer.

¿Por qué esé arrepentimiento interno?
¿Por qué este arder?
Medita una respuesta y susurramela
al desembarcar nuestro amanecer.