31 de Diciembre

Aquí un hombre, día treinta
y uno del mes de Diciembre.
Aquí un año que nos tienta
y otro año que se vierte
sobre el umbral de una promesa. (El tiempo
esconde dos caras, dos dimensiones. Tiene
longitud para moverse
al ritmo del sol; y tiene
densidad para mutarse
con las pasiones en que emerge).

Aquí un hombre, sólo un hombre.
Un hombre solo. Parece
que nos obligan las fechas con su maniática fiebre,
que debiera un inventario
saldar como se merece
la cuenta de nuestros pasos
(pasos que hacen el camino, vienen
de donde venimos, y apuntan
hacia donde vamos: sostienen
al caminante en su camino).

Aquí un hombre en el umbral
de una promesa. Día treinta
y uno del mes de Diciembre.

 

bello poema, en el cual siento tiene algo de melancolía de un día cualquiera, grato leerle

 

Gracias por tu comentario. La verdad es que el poema sí tiene algo de melancólico. Siempre me pasa en navidades. Me gustan esas fechas porque suelo tener vacaciones, pero también me vienen buenos recuerdos del pasado que uno echa de menos y, en fin, que te voy a contar...estas fechas nos ponen a casi todos un poco de esta manera.

Gracias