21 de septiembre - Hemisferio Austral.

21 de septiembre
- Hemisferio Austral -

Son muy lindas las florcitas, ya lo sé,
mucho más lo son bajo el fervor del sol.
Perdón por la cursilería,
es que a veces sólo en ella encuentro la poesía.
Pero ahora que me atrae otra querida
y Bécquer me aventa un verso
desde la boca de su tumba,
para describir a la bienvenida:
"Poesía… eres tú…”,
corre por lo cursi, huye sin consuelo
toda la amargura de los verdes celos,
porque ha percibido en mi pulso la traición.
Hoy, día enamorado para estas tierras,
día en que el amor declara la guerra
y el año inaugura su hermosa estación,
comprendo mucho más este acontecimiento,
comprendo porque siento en mí la primavera
desde hace veinte días, veinte noches enteras,
desde que la vi y me habló su voz.
Lo invernal está en la vida, que escupe su tos
permanentemente, sin que influya el clima,
apestando historias de oro y de amor.
La vida… esa imprudencia permitida,
nos deja avanzar hasta el tajo de sus límites,
pero nunca es ahí donde acaban nuestras metas.
Que no se les ocurra penetrar la frontera,
no traten de hacerse los atletas.
Sepan que una herida los espera...
Si ella, mi bien, sintiera mis males.
Tal vez la haría mía desde mi soledad,
si supiera que llego con mi puntualidad
a nuestras citas siempre inexistentes,
esas que el amor idea sin consultarle a la mente.
Pero aunque mis ojos no la alcanzan,
sigue sobreviviendo la esperanza
por más que los rastros se deshagan.
Las únicas huellas que no se apagan
son las que se llevan en el pecho.
Quiero saber qué es lo que he hecho
para amar una luz escurridiza,
para estar evocando su sonrisa,
su mirada, su piel, su porte bello,
su misterio, la paz de sus cabellos,
el estilo encantador de su persona.
Las reglas del amor nunca perdonan.
Se fue el invierno, por eso festejo,
pero como la dicha nunca es completa
del alma me brota un agrio poeta:
Es cierto, llegó la Primavera adelantada;
¿pero de que me vale si ella aún no está enterada?


Ariel Carrizo Pacheco
(21 de septiembre de 1993)
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¡Muchas gracias a ti, estimada GEORTRIZIA, por tus cálidas y reflexivas palabras! ¡Un abrazo y hasta pronto!