16...

Ya con el tiempo recorrido a solas contigo se reflejaron en un verde, se parecían a un natural tan lindo.
Donde recorrí tus caderas con mi pecho,
donde mis manos acariciaron tus pechos de vida,
donde mis besos mejor conocieron tu vientre y el verde se acerco a nosotros,
disolviéndose entre nuestra romanza.

Me veías llegar, se asomaban tus ojos más lindos y sinceros,
más enormes que el mismo cielo con el verde reflejado.
Me veías entrar dándome tu sonrisa más preciosa,
tan fresca como cada año,
como cada 16 del verde más generoso.

Te tenía en una mano y en otra te sabía amar sin mentiras,
con emoción, con tanta alegría de un verde tan exquisito.
Caminabamos con un natural tuyo y mío,
que envidiaba la gente de cabellos blancos, de piel de tantos años,
que se contagiaban de un verde de frescura universal.


Nos sonreíamos como cada 16,
ya que siempre te veía venir con tanta cadencia,
con tu voz de alelí,
con el verde del siempre sí.

Ya ahora eres más que mi sereno,
más que mi mejor sonrisa.
Ya ahora eres mi credo,
el rosario de mis mañanas.