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Una fotografía
arranca el sabor de mi lengua
derrama gota a gota
las lagrimas del recuerdo
que otra vez oscilan sobre mi.


Tacto de mis dedos
al pincel de su sonrisa
figuras que ofertan
recuerdos dolorosos
es caer, es prenderse, es ser imposible
es mirar el cielo ciego
es dormitar de cansancio.


Esa fotografía
es el agua clara que no bebo
sentir esa piel fresca
ante la tinta
entre todos los mundos eternos
que ya desaparecen
cuando mis ojos cierran el desvelo.

 

Maravilla preciosa de divino camino a la hermosura.