Vientre divino

Criterios limitantes,

cuando los suelos son futuro,
no hay luz que pueda abrazarnos,

debajo de esta tierra maltratada,
se encuentra la razón de todo cadáver,

debajo de la última herida,
de la primera huida,

aquí,
donde todos han de ser olvidados,
baila mi incomodidad,
frente a un cielo que se desangra,

esperaré en el vientre de dios,

con mi alma renacida,
en la mente de su tiempo,

que será vientre materno,

vientre de nuevos dioses.

 

El poema refleja la tensión entre la fragilidad de la existencia y la esperanza de un renacer más allá del dolor y del olvido. Las imágenes de tierra herida y cadáveres evocan el límite humano y la inevitabilidad de la muerte, mientras que el cielo que sangra muestra la impotencia frente a lo trascendente. Sin embargo, en medio de esta desolación surge la posibilidad de esperanza: esperar en el “vientre de Dios” significa confiar en una transformación donde el alma renace en el tiempo divino, convertido en matriz creadora. La obra concluye proyectando la paradoja de la destrucción y la fecundidad, de la finitud humana que se abre a la posibilidad de un nacimiento sagrado y eterno.

Saludos cordiales