Penelope

Paciente espero su nombre.
De lejos, reconozco su alias.
Sus pasos entre la gente,
esconden sandalias con alas.
No tiene prisa, ninguna.
Pues me hallará postrada.
La espera se me hace, larga.
Ansiosa, por leer su carta.
Desea haya respuesta.
No puedo romper el lacre,
no puedo descubrir su alma.
Atadas tengo las manos,
correas de cuero, acolchadas.
Ni siquiera con la boca,
ésta, está entubada,
Amordazada.
Que alguien me ayude,
a los cielos, a las hadas.
Al hombre que todos los días,
Asea mi cuerpo,
Y lava mi cara.

 

Excelente maravilla de poesía admirable.

 

Gracias compañero poeta