¡mi princesa!

A pocas semanas, sin saber de tu
existencia, te sentía, como se siente
un puñado de felicidad sin respuestas
aparentes, la conexión fué inmediata,
llenaste de luz mi alma, el milagro se hizo
vida, las ilusiones florecieron; los días fieles
compañeros de la magía que nos envolvía
tu presencia, aporté esperanza, y me
devolvías ternura, amor sin medida. El gran día
llegó y sin cerrar mis ojos para escuchar tu llanto,
sentí mi cuerpo ligero, ángeles convertidos en personas
calmaban mi euforia por saber de tí. Como golpe fulminante,
estela de fuego desbordante, escuché que no venías bien.
Descargé mi rabia, y me llené de miedo, pero al verte
hubo más razones para luchar por tí.Te ví partir, con el alma
en un hilo me aferré a tí, al sentimiento real y sincero de que
te quedarás conmigo; pero estabas lista para irte, me quedé
con nuestro primer contacto, tu olor, sonrisa y el amor
que siento por tí, mi pequeña, mi princesa.


MJRS
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